dijous, 20 d’octubre del 2016

Por una infancia en la naturaleza


POR UNA INFANCIA EN LA NATURALEZA


“La escuela es el bosque” i “Educar en verde” por Heike Freire

Ante todo, destacar que estoy muy de acuerdo con todo lo que se expone en ambos artículos. Yo, como futura docente, apuesto por una educación y enseñanza al aire libre. Apoyando la idea de Freire pues, yo también considero que la Naturaleza promueve valores en los niños, desde bien pequeños, que jamás un edificio de cuatro pareces podrá promover, por mucho que se intente.

La necesidad de hacer un cambio en la educación orientada en la naturaleza es tanto evidente, como necesaria. Pero mi pregunta es la siguiente: ¿Estamos los docentes preparados y formados para este cambio? Por supuesto, como futura docente, mi respuesta es no. No, porque a nosotros continuamente nos enseñan a trabajar en el aula, como generar aprendizaje en el aula, como motivar a los alumnos para participar en el centro, que materiales debemos utilizar en el aula y como debemos colocar o adornar los muebles que están presentes en el aula.





Aunque quizás, formación en cuanto a la educación en la Naturaleza si es cierto que hay un déficit entre los docentes de hoy en día, pero considero que si a un docente se le propone trabajar con los niños en el campo, habiendo trabajado toda su vida en un edifico, sabría cómo apañárselas. No solo promueve valores y mejoras en la vida del niño/a, sino que también lo hace en la vida personal y profesional del docente.

De hecho, recuerdo como me sentí haciendo el trabajo de Land Art en plena naturaleza con mis compañeras. Cada piedra, cada piña,  cada hoja, cada árbol, nos podía parecer una obra de arte. No cesamos en dar ideas por segundos. La naturaleza nos proporcionó ese espacio libre que necesitábamos para dejar volar nuestra imaginación. Experimentamos mil veces, y mil vece no equivocamos. Pero lo conseguimos. Sentimos frío al llegar y calor al irnos, agujetas de agacharnos y cansancio de andar, pero no reímos y disfrutamos aún más. Esa es la verdadera magia de la naturaleza.


Por otro lado, y como bien expone la lectura, los niños y niñas de infantil sobre todo, solamente hacen dos salidas al año relacionadas con la naturaleza. Si bien es cierto como dice Freire que las salidas esporádicas no son suficientes para dejar huella en los niños y niñas, es un paso para hacer un cambio en la educación. Mi recorrido profesional en prácticas me ha dejado ver como los colegios quieren promover este cambio. Los juguetes de plástico, con colores llamativos y ruidos exagerados están siendo sustituidos, poco a poco, por materiales naturales y de madera. I los patios de infantil están siento renovados para incluir más vegetación y menos suelo de cemento. Al fin y al cabo, de lo que se acuerdan los niños y niñas de infantil después de todo el año es de una simple salida al parque, o a la granja en al que han disfrutado como niños, que es lo que son. 

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