POR UNA INFANCIA EN LA NATURALEZA
“La escuela es el bosque” i “Educar en verde” por Heike
Freire
Ante todo,
destacar que estoy muy de acuerdo con todo lo que se expone en ambos artículos.
Yo, como futura docente, apuesto por una educación y enseñanza al aire libre.
Apoyando la idea de Freire pues, yo también considero que la Naturaleza
promueve valores en los niños, desde bien pequeños, que jamás un edificio de
cuatro pareces podrá promover, por mucho que se intente.
La necesidad
de hacer un cambio en la educación orientada en la naturaleza es tanto
evidente, como necesaria. Pero mi pregunta es la siguiente: ¿Estamos los docentes preparados y formados
para este cambio? Por supuesto, como futura docente, mi respuesta es no.
No, porque a nosotros continuamente nos enseñan a trabajar en el aula, como
generar aprendizaje en el aula, como motivar a los alumnos para participar en
el centro, que materiales debemos utilizar en el aula y como debemos colocar o
adornar los muebles que están presentes en el aula.
Aunque quizás, formación en
cuanto a la educación en la Naturaleza si es cierto que hay un déficit entre
los docentes de hoy en día, pero considero que si a un docente se le propone
trabajar con los niños en el campo, habiendo trabajado toda su vida en un
edifico, sabría cómo apañárselas. No solo promueve valores y mejoras en la vida
del niño/a, sino que también lo hace en la vida personal y profesional del
docente.
De hecho,
recuerdo como me sentí haciendo el trabajo de Land Art en plena naturaleza con
mis compañeras. Cada piedra, cada piña,
cada hoja, cada árbol, nos podía parecer una obra de arte. No cesamos en
dar ideas por segundos. La naturaleza nos proporcionó ese espacio libre que
necesitábamos para dejar volar nuestra imaginación. Experimentamos mil veces, y
mil vece no equivocamos. Pero lo conseguimos. Sentimos frío al llegar y calor
al irnos, agujetas de agacharnos y cansancio de andar, pero no reímos y
disfrutamos aún más. Esa es la verdadera magia de la naturaleza.
Por otro lado,
y como bien expone la lectura, los niños y niñas de infantil sobre todo,
solamente hacen dos salidas al año relacionadas con la naturaleza. Si bien es
cierto como dice Freire que las salidas esporádicas no son suficientes para
dejar huella en los niños y niñas, es un paso para hacer un cambio en la
educación. Mi recorrido profesional en prácticas me ha dejado ver como los
colegios quieren promover este cambio. Los juguetes de plástico, con colores
llamativos y ruidos exagerados están siendo sustituidos, poco a poco, por
materiales naturales y de madera. I los patios de infantil están siento
renovados para incluir más vegetación y menos suelo de cemento. Al fin y al
cabo, de lo que se acuerdan los niños y niñas de infantil después de todo el
año es de una simple salida al parque, o a la granja en al que han disfrutado
como niños, que es lo que son.

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